
Tengo la enorme suerte de conocer esta playa desde la infancia, no me canso de visitarla cada vez que puedo, y aunque en verano suelo ir a diario con mi familia, en realidad prefiero hacerlo de septiembre a junio, cuando no es "temporada de playa". Es una playa de aguas revueltas y arenas
doradas salpicadas por conchas 
que a veces forman grandes bancos. Es en estos bancos de conchas donde muchos turistas buscan un recuerdo para ellos insólito, recuerdo que una vez ha perdido el brillo que le presta el agua suele ser injustamente abandonado en el camino de vuelta de la playa. La playa se oculta de la cercana carretera por dos grandes dunas sembradas de pinos cuyo tamaño va disminuyendo a medida que nos acercamos a la playa, los mas avanzados crecen retorcidos y escualidos
atormentados por la carga de sal con la que el mar les hace frente. Cuando la marea baja, el mar descubre un ancho y brillante pasillo de arena mojada ideal para correr, pasear... o jugar. A veces entre una y otra marea se forma un charco de agua salada, es lo que se conoce popularmente como "el charquito" en el que chapotean los niños que no saben nadar o que todavía no han perdido el miedo a las olas.
doradas salpicadas por conchas
que a veces forman grandes bancos. Es en estos bancos de conchas donde muchos turistas buscan un recuerdo para ellos insólito, recuerdo que una vez ha perdido el brillo que le presta el agua suele ser injustamente abandonado en el camino de vuelta de la playa. La playa se oculta de la cercana carretera por dos grandes dunas sembradas de pinos cuyo tamaño va disminuyendo a medida que nos acercamos a la playa, los mas avanzados crecen retorcidos y escualidos
atormentados por la carga de sal con la que el mar les hace frente. Cuando la marea baja, el mar descubre un ancho y brillante pasillo de arena mojada ideal para correr, pasear... o jugar. A veces entre una y otra marea se forma un charco de agua salada, es lo que se conoce popularmente como "el charquito" en el que chapotean los niños que no saben nadar o que todavía no han perdido el miedo a las olas.
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